Bello lugar, magnífica comida!
En una vieja casona, bellamente restaurada se encuentra este restaurante. Es bastante grande. Adornada con espectaculares pinturas de artistas locales. Muy buen servicio. Los meseros atentos y amables. Delicioso bocadillos de entrada. Cocina de autor. Todo parece muy rico, no sabes por que decidirte. Yo probé mole negro con pollo y risotto. El mole para chuparse los dedos, el arroz un poco crudo, se lo dije al mesero y me trajo otro y además más mole. Tienen unos tragos preparados con base de mezcal, riquísimos. Prueben el Beso Rojo, hecho a base de Jamaica y manzana verde, riquísimo. Los postres también sabrosísimos.